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Enriquito, una vida en 'blaugrana'


BOMBEJA AGUSTINET! — Columna 631 — Felip Bens




Enrique Martín, fallecido a los 96 años, entró en el 52 en el Llevant UD, como utillero


21/5/2024. Se nos va Enriquito, a los 96 años. El minuto de silencio que se le guarda en el último partido en casa, contra el Alcorcón es tan emotivo como triste el desenlace: un empate que no sirve a nadie, un equipo que muestra las limitaciones de todo el curso, un descenso matemático para los castellanos y un Llevant que queda fuera del playoff como conclusión de un trienio decepcionante y cruel. El levantinismo es un sentimiento lleno de sensaciones agridulces. Bien que lo sabía Enriquito que, como utillero del Llevant UD, vivió dos campañas en Primera; dieciséis en Segunda; cuatro en 2ª B, y trece en Tercera. Esto era el Llevant, aunque muchos de los que se han incorporado a la militancia blaugrana a lo largo del siglo XXI apenas han conocido el plomo. Y aunque muchos de los viejos que ya estábamos antes, no querríamos volver nunca a aquella realidad.


Venido al mundo en 1927 (apenas dieciocho años después de que naciera “el club que porte al cor”), Enriquito entró en el orfanato de la Misericordia de niño. Enfermo de fútbol desde muy joven, el masajista Eduardo Torres y el presidente Antonio Román lo incorporaron al club en 1952. Torres fue como un padre para él, desde el primer minuto; el levantinismo, su familia, y Vallejo, su casa. Puro orgull granota. Sin impostura, sin mercadotecnia, sin frivolidad.

Enrique MartínGary Cooper para los jugadores del ascenso de 1963– estuvo en el Llevant entre 1952 y 1987. Vivió en primera persona la amenaza de expulsión de Vallejo y el proceso de compra del viejo feudo del Gimnàstic, puso betún a las botas de Wilkes, Paredes, Toni Calpe o Domínguez, se echó las manos a la cabeza con el no-ascenso del Insular en el 59 y estalló de alegría con el gol de Vall al Deportivo en el 63, se hizo fotos con los futbolistas más populares que pasaron por el Pont de Fusta y en el 69 inició el éxodo a Orriols, con miles de levantinos.


Allá sufrió las frustradas ilusiones del Llevant de los 70, con Caszely y los torneos internacionales de verano. Compartió el comboi de los primeros 80, con las opciones de ascenso a Primera, la llegada de Cruyff y la crisis posterior, con el doble descenso de 2ª a 3ª. Enriquito se despidió, por jubilación, con el ascenso de 1987 en Requena, el pueblo adoptivo de Salva Regües. Representó la salida definitiva del Llevant del pozo de la Tercera división.

Enriquito siempre tuvo el afecto del levantinismo y de todo el mundo del fútbol. En 2009 le rendimos homenaje en el Nou Estadi, junto a Pirri y Ramon Calvo. Manolo Peris y la gente de la peña Viveros-Vallejo siempre encontraron tiempo para hacerle sentir el cariño de todos nosotros.


Descanse en paz.





Con Barrie y Magdaleno


En la foto, Enriquito está con Jorge Barrie, portero granota entre 1976 y 1983, y Magdaleno, que había estado en Orriols entre el 76 y el 79 y que nos visitaba con el Burgos. Ese día, durante la temporada 80-81, el Tronquito no marcó a su amigo Gorka, el Llevant se impuso con goles de Lorant y Pousada y se colocó líder de Segunda, en la cuarta jornada de la segunda vuelta. Después vendría el caos, con Johan. Enriquito siempre estuvo ahí, exultante de alegría los días buenos y abnegado los días malos. Siempre fiel, siempre trabajador, siempre levantino.



Felip Bens (El Cabanyal 1969 — @FelipBens) és escriptor i periodiste. Té publicades les novel·les Toronto i El cas Forlati i altres llibres com 110 històries del Llevant UD, Dones e altri, València al mar, Historia del Llevant UD (4 volums, junt a José Luis García Nieves) o La cuina del Cabanyal (amb Marisa Villalba).



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