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Última bala

BOMBEJA AGUSTINET! — Columna 627 — Felip Bens


© La Liga



1.200 granotes viajan a Vila-real con la ilusión de vencer y recibir al Eibar con opciones de play-off


“Estuvimos tibios y hay que ser más agresivos porque nos jugamos mucho”. Es el resumen de la previa de Miñambres. La derrota ante el Cartagena está omnipresente en el levantinismo. También en quien aún es su entrenador. Es lógico: si se repiten los errores será imposible vencer en el Madrigal y será, definitivamente, el fin de la temporada.


Lo de que estuvimos tibios es tirar balones fuera, no asumir responsabilidades, dar la razón a Levante Fans (“échale huevos…”). Es, en definitiva, una “excusa de malpagador” para desviar la atención de sus propios errores, flagrantes, que propiciaron la derrota. El Cartagena no ganó porque el Llevant estuviera tibio. Lo hizo porque el astorgano colocó mal a sus futbolistas, porque Calero (que no es santo de mi devoción) le dio un baño táctico, y porque volvió a regalar la titularidad a dos que no la merecían: Pablo y Fabricio. 


Si de once, dos juegan al trote, sin nervio ni tensión, da igual lo que haga el resto: el contrincante se te come. Por mucho que Kocho se multiplicara en la medular. ¿Alguien más no mostró la actitud correcta? Quizá Lozano y Álvarez no tuvieron el mejor de sus días ni Miñambres contribuyó a que así fuese, obligándoles a cubrir las subidas de Muñoz y Andrés García, respectivamente, ejerciendo de falsos laterales y sacrificándoles en funciones que no son las suyas. El fútbol a veces es más sencillo de lo que parece: el sitio de Álvarez y Lozano está entre Kocho y los de arriba. Ese es el lugar en que se saca partido a sus virtudes, a su visión periférica, donde se cuecen las superioridades y los pases entre líneas. No en las bandas. La gestión de los cambios, un día más, tampoco pudo ser más nefasta, con el esperpento final de sacar a Cantero de lateral en el 87’. 


Desde que se sienta en el banco, Miñambres ha firmado grandes partidos y también grandes decepciones. La sensación es que falta exigencia. El leonés se equivocó manteniendo a Calleja demasiado tiempo y contra toda lógica. Al tardar tanto en cesarlo, él estaba obligado a la excelencia. No es tolerable esta irregularidad.


De hecho, tras sumar uno de los nueve últimos puntos (con dos partidos en casa contra rivales de la zona de descenso), es un auténtico milagro que la escuadra granota aún siga con opciones de acceder a una plaza de play-off. 


1.200 granotes marcharán 70 kilómetros al norte para acompañar al equipo en el Madrigal. El objetivo está claro: ganar en una jornada con dos duelos directos (Espanyol-Sporting y Racing-Elche) y el resto de aspirantes jugando a domicilio, excepto el Eibar, que recibe al Amorebieta, derbi vasco en un radio de 30 kilómetros. Precisamente, ganar en Vila-real es comprar el billete para seguir con vida frente al Eibar, en Orriols.


No vendemos humo. Viajamos para ganar. Para alcanzar los 55 puntos. Aun así será difícil, pero todo el levantinismo desea plantarse la noche del sábado ante el Eibar con opciones. 



Felip Bens (El Cabanyal 1969 — @FelipBens) és escriptor i periodiste. Té publicades les novel·les Toronto i El cas Forlati i altres llibres com 110 històries del Llevant UD, Dones e altri, València al mar, Historia del Llevant UD (4 volums, junt a José Luis García Nieves) o La cuina del Cabanyal (amb Marisa Villalba).

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